domingo, 12 de febrero de 2012

Relato. San Valentín.


Basado en hechos reales.

- Organizate para mañana, tenemos que hacer unas gestiones. Debes venir conmigo-. (Dijo, mi media naranja)

Ese mañana, era catorce de Febrero. Día de San Valentín.
Nos dirigíamos hacia nuestras gestiones, cuándo me dijo:
- Tenemos que pasar por una floristería.
- Ah, si? Y eso? Dije; entre contenta y sorprendida.
- Anacleto me ha dejado el encargo de comprarle un ramo de flores, para regalárselo a su mujer hoy.
- ¡No me digas! Qué detalle hacia su chica.¡Estupendo!.

Después de hacer nuestros menesteres, pasamos por la floristería.

- Morena, bonito ramo de flores has elegido para Anacleto. ¡Es precioso! Espero le guste a su señora, me deja a mi esta responsabilidad y no entiendo mucho de estas cosas.
- Seguro que le encanta.
- Yo, ejem... siento no haberte comprando nada, no he tenido tiempo, ni tampoco me he acordado, la verdad.
- No te preocupes, no hace falta, tranquilo.

Al llegar a San Javier, ya de vuelta, encontramos una buena cola de vehículos en el semáforo, (ahora hay rotonda).
Se nos acerca una chica a altura de la ventanilla del coche, con un ramo de rosas en el brazo.

- Señor, ¿quiere comprar una rosa para su señora? Hoy es un día especial.
- Pues...
-¡Ohhh!. Perdone. ¡Qué ramo mas precioso le ha comprado!.
- Bueno....yo...
- ¡Que bonito! Y vengo a ofrecerle una simple rosa, usted perdone.
- No, no, si no pasa nada. Le compro la rosa.
- ¿De verdad?
- ¡Claro que si!.
- Muchas gracias, muy amable. ¡Vaya marido que tienes! Estarás contenta.
- Por supuesto que sí. Es muy especial, jeje. -Contesté yo-.

.Seguimos nuestro camino. Los dos reímos con la anécdota de la vendedora del semáforo. 
Al llegar a casa puse mi rosa en agua. El ramo fue a su destinatario.

Por la noche, al ir a dormir, bajo el cabecero encontré una pequeña sorpresa. Mi media naranja encontró otra.

Mari Carmen.


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