jueves, 12 de julio de 2012

Para El Palmero.


Julio, miércoles veinticinco,
necesitamos de ti, Palmero,
aplaudiendo con ahínco
y sin poner ningún “pero”.

Te lo aviso, compañero.
Como dos y tres son cinco,
de espectador, verte quiero,
con palmas y algún brinco.

No me vale: “Pepín,o Pepinco”
Tú, allí. Puntual el primero,
o guitarra en el cuerpo te hinco
y tus huesos van al puchero.

Si tomates lanzan en aguacero,
!quieto! No digas: “me los trinco”
recoges todos con mucho esmero
y ricas ensaladas hasta el 2.035.

Mari Carmen.

4 comentarios:

Mari Carmen dijo...

Ehh, la gente del pueblo se ha ido de pic nic????

El Palmero dijo...

Julio, miércoles veinticinco,
estará incólume, El Palmero,
aplaudiendo con mucho ahínco
y sin poner ningún "pero".

Lo aviso yo, tu compañero;
como dos y tres son cinco,
de espectador, estaré entero
con palmas y algún “flaminco”.

No te vale: "Pepín o Pepinco"
Yo allí, puntual, y el primero,
antes que Pirulero dé un brinco
y sus huesos vayan al puchero.

Si tomates lanzan en aguacero,
yo los cojo y, todos los trinco
los recogeré con mucho esmero
para ensaladas en el “calichinco”.

Mari Carmen dijo...

No sé Palmero, con esos madrugones que te pegas... Uffff núseyo. Bueno, pues salimos los primericos, así que puntual eh??

Anton Pirulero dijo...

Este Palmero
a todos les dice:
Soy el rey del caliche
comiendo pan con chiche
mientras el palo empino
y me tomo un vaso de vino
arrimandome con salero
y atrucando con esmero
dirijo mi pensamiento
a la uva del sarmiento
manantial de placer
y fuente del saber.
Pensamiento brillante
que le alumbra al instante
¿Quien el caliche inventó?
¿Que juego ideó?
Mente prodigiosa sería
que sentó la filosofía
del cuerpo ejercitar
para comer sin parar
carne caliente o fría
a cualquier hora del día
sin parar de ir y venir
para poder digerir
tanta comida y alpiste
como el cuerpo resiste.
Celebro privilegiado
el que el caliche ha inventado
que sin salirse de la pista
se come lo que hay a la vista
sin poner ningún reparo
y todo esto al amparo
de un escupitajo,un disco y un palo.

Anton Pirulero.