viernes, 23 de enero de 2015

El almuerzo de los idiotas

Este D. Apuleyo... Simplemente ¡GENIAL! Gracias D. Luís Lisón por compartirlo con nosotros
En las orillas del Tajo,
río estrecho y pasadero
que rodea la ciudad
a la que pintara el Greco
con pinceles alargados
hasta un punto de embeleco
y que por derecho ostenta
nombre de Imperial Toledo…,
se juntaron a almorzar
Pepe Bono y Zapatero
-los dos siempre sonrientes
no sé por qué, es que me meo-
con el coletilla Iglesias
y el Errejón de Podemos
que van a pachas, supongo,
a conquistar el gobierno,
y allí se armó la del Cristo
de la Vega, más o menos,
pues descolgaron un brazo,
precisamente el izquierdo,
para sostener la causa
que alienta al Tsipras heleno
dejando al PSOE partido
de arriba abajo y por medio.
Y sabiéndolo después
la Susana y Míster Pedro
-sus flamantes candidatos
y directos herederos-
se enfurecieron a tope
sin encajar el entuerto
y aún dura la mala leche
por tan triste contubernio,
porque ¿adónde van a ir
con tal par de “monederos”?
Seguro que los asumen
en cuanto hagan un acuerdo
y entonces “adiós, muy buenas,
gracias, socialista empeño”,
puesto que a lo que parece
se los comerán por huevos.
Si el Quijote los hubiera
visto juntos en el predio,
los hubiera acometido
como a molinos de viento
o como a agriadas mixturas
henchidas en odres viejos.
Pero como ya Cervantes
no se encuentra ni de muerto
por más que busquen sus huellas
debajo de un monasterio,
habrá que pensar que obraron
faltos de grises cerebros.
A mí me la refanfinflan,
a mí no me dan canguelo;
allá con sus metiduras
de pata y brazo, allá ellos.

(Disculpen esta romanza:
Ucrónicos son los versos,
pero la verdad, exacta,
y los deslices…, hodiernos)

Apuleyo Soto

1 comentario:

Mari Carmen dijo...

Jajaja, lo que no "discurra" este hombre...
Muchas gracias