viernes, 28 de octubre de 2011

Señor, tengo miedo.


Oh, Señor, tengo miedo y esta pena me tortura.
Hace mucho que no hablo contigo, de nuestras cosas.
Tiempo que no visito tu Iglesia, ni me consuela el cura.
Me muevo en este jardín, lleno de espinas en sus rosas.

Oh, Señor, tengo miedo, de perderte y no encontrarte,
la melancolía atenaza mis sentidos difusos,
esta incertidumbre, del mañana en otra parte,
me encoge el corazón con pensamientos confusos.

Oh, Señor, no quiero perder mi casa, mi hogar, ahora.
El esfuerzo de toda mi existencia en lucha permanente,
mas, si es tu voluntad, que así sea, ¡ya! Sin demora,
pues esta agonía, del no saber, me mata lentamente.

La tristeza mi invade el alma, sollozando angustiada.
No sé donde ir, ni donde quedarme. Me siento desvalida.
Las horas pasan y no puedo dormir. ¡Qué larga madrugada!
Tengo miedo, mi Dios, de no encontrar sentido a mi vida.

Oh, Señor, en tus manos dejo mis zozobras y temores.
Tu infinito amor, que sea la esperanza que me guía.
Tengo miedo, Señor, acompáñame en mis dolores,
que cuando amanece... Muero un poco más cada día.

Mari Carmen.

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