Recibo numerosos correos de mis
amigos/as. Aumentan mi auto-estima. Son realmente preciosos.
El otro día leí uno que decía: - "No
te atormentes con el ayer, ya pasó. No pienses en el mañana, ya
vendrá. ¡Vive el hoy!-".
Me propuse vivir ese hoy intensamente,
disfrutando de cada momento del día.
Me levanté con un dolor de cabeza
terrible, pero me dije: ¡Vívelo hoy!, ayer no te dolía, mañana ya
se verá. Así que me levantó bastante la moral.
Hice mis quehaceres domésticos con
tranquilidad, sin prisa pero sin pausa, ya que era festivo y no tenia
que ir al trabajo.
Hoy vendrán mis pequeñines que son mi
alegría, bueno, dos alegrías, la primera cuando llegan y la segunda
cuando se van, porque hay que ver lo que agotan mis adorables
bichejos.
El mayor vino temprano,estaba un poco
tostonero, lloriqueaba por todo pero aún así me dejó hacer el
asado, participando él en la cocina claro, subido en la encimera.
Con dos añitos se va a convertir en un buen chef.
- Me dele la oleja,
- A ver Rio, creo que tienes fiebre.
En su media lengua “me dele la oleja”
quiere decir me duele el oído.
El niño es super inteligente. De padre
español y madre inglesa domina dos idiomas y sabe que a mi solo se
pude dirigir en español porque de inglés no entiendo ni “papa”.
- Me dele la olejaaa
- ¡Madre mía!, voy a darte medicina
ahora mismo. No te arrimes al horno cariño, que te quemas.
Suena el teléfono, mi madre.
- Oye, vas a tardar mucho en venir?
- No mamá, ya voy, estoy terminando de
hacer la comida y ya te llevo a ti un poco.
- A mi no me traigas de eso que yo
tengo la barriga mala. Estoy con colitis.
- ¡Vaya por Dios mamá! Voy enseguida.
El niño también está muy resfriado y le duele el oído.
- Vale, tranquila, pero no tardes.
- No tardo mamá.
Ya tenemos la mesa puesta para cuando
venga la tropa, ensalada hecha, cubiertos puestos, comida en el
tupperware para la bisa, manta para tapar al peque del frío y
rezando por que no se ponga peor con sacarlo de casa aunque son las
11 de la mañana.
- Venga Río, no llores cielo enseguida
se te cura. Nos vamos a casa de la bisa (bisabuela).
- No quele casa bisa, quele palque
- Pero cariño, si estás malito, hace
frío en el parque.
- Quele el palqueee.
- Bueno, bueno, iremos al parque.
Teléfono. ¿Quién será? Este número
de casa solo lo tiene la familia y pocos mas. Era una clienta, no sé
que artimañas habría buscado accediendo a él y pedirme cita para
el día siguiente.
Me encanta que me pidan cita, es señal
de trabajo. Pero, ¡por Dios! ¿En festivo, a mi número personal?
Bueno, nada, aplicaré la ley del
correo que leí. ¡Disfruta del hoy!
Bajando las escaleras otra vez
teléfono.
- Mamá, ¿ te puedes quedar esta tarde
con Alejandro? Tengo que hacer unos mandados.
- Si, claro, por supuesto que sí.
Alejandro es el menor de mis dos
peques, mas listo que el hambre, unos bolletes graciosísimos y con
su recién aprendizaje en el arte de andar, dan ganas de comérselo.
Su risa burlona me hace caer la baba cada vez que le miro. Es un
encanto de criatura.
- A buenas horas llegas, - dice mi
madre- Me duele el cuello de mirar para la puerta.
- Mamá no he podido venir antes, el
niño está malito.
- Lío no quele bisa, quele palque
- ¿Qué dice el niño?
- Río no le gusta estar aquí
encerrado, quiere ir al parque. ¿Vamos los tres al parque mamá?
- ¡Ohh, nooo! Yo no tengo ganas. Ah,
Mari, cuando puedas me haces la compra.
- Mamá, ¿no te la ha hecho la chica
que está contigo?
- No, porque prefiero me la hagas tu.
- Vale, vale, pues vamos a la tienda,
- Lío no quele tienda, quele palque.
- Ay, Río, ya iremos al parque, ahora
vamos al supermercado.
Menuda mañana me pasé tirada por los
suelos haciendo maravillas de juegos para distraer al niño “sin
parque” y la bisa estuviera a gusto. Me acordé del correo, ¡Vive
el hoy!.
- Mamá, ya son la 1:45. Tengo que ir a
casa a dar de comer al peque. Vienen los demás también y quiero
estar antes que lleguen.
- Vale, pero luego me traes al crío de
nuevo, ¿eh?
- Si, te lo traeré, en cuanto recoja
la cocina.
- Oye, espera, la comida que me has
traído te la puedes llevar si quieres. No pienso comérmela.
- ¿Por que?
- Porque tengo la barriga revuelta.
- Pero, ¿como no vas a tener revuelta
la tripa si comes sin ton ni son?.
- Mira te cuento...
Aquí, en “el aperitivo” me enteré
de todos los detalles habidos y por haber de la diarrea pasada.
La tarde en casa de la bisa fue mas
activa aún que la mañana, añadiendo a Alejandro que se pirra por
ver al primo y el primo no “quele” compartir nada con él.
Parece ser que el día festivo se está
haciendo un poco largo y mañana lunes, con todo lo que conlleva.
Bueno, sigo acordándome del correo.
¡Vive el hoy como si del último día se tratara!
Son las 23:45. Miro el salón, la
cocina, el suelo lleno de cacharros de los “bichejos” y el
fregador que se va de viaje. No sé por dónde empezar.
Recojo lo que mas “canta” y me voy
al ordenador un rato.
Estar delante de este artefacto me
relaja mucho. Mirando fotos de mis pequeñines, escribiendo, o
leyendo el correo.
Casualmente tropiezo con otro email que
se reitera en lo mismo.
“Disfruta del presente. No pierdas el tiempo pensando en ayer o
mañana.
¡¡VIVE EL HOY!!”
Mari Carmen.