Cuando dos perros se ven
se dan un cariñoso saludo.
Sin recato ni disimulo
van y se huelen el culo.
Cosa que a mi no me extraña
pues su sabia Ley Canina
esta basada en la maña
de certificar la disciplina:
Junto al ano, el chocho o la minina.
Una razón importante
y de forzado cumplimiento:
Se debe husmear al instante
si viene (el otro) en paz o violento
y darle su debido tratamiento.
Otro mandato divino
en la magna Ley Canina:
Ningún perro bebe vino
para orinar en la esquina
porque borracho, no atina.
Es imprescindible
la cola bien agitar
de manera muy visible
para a los demás agradar
y a las moscas, espantar.
En lo de mover el rabo
no hay perro que desafine
no lo hace por alago
es que el humano define:
De un jopo tieso, yo vine.
Solo duermen a ratos
Para poder vigilar
a los impúdicos gatos
que le quieren requisar
sus maneras de alagar.
Jamas se niegan los saludos
que para eso las personas
parece que somos mudos.
Se merecen las coronas
las medallas y las poltronas.
Y por respeto a mi perra
que sus leyes me ha dicho
no entren en esta guerra:
Nunca les digan ¡chicho!
Que por amigos y obedientes
pierden la categoría de bicho
siendo de los seres vivientes
los más leales y valientes.
Nota del Autor.
Según mi perra, estas Leyes Perrunas
están basadas en el famoso refrán castellano que dice así:
Con arreglo a cómo vive y come el
mulo, así huele su culo.
Moraleja: Si el perro es el mejor
amigo del hombre. Tú, que tanto dices quererlo ¿ Porque lo capas,
lo amarras, lo obligas a vivir en un piso, lo haces pasar hambre y
vivir como un hombre?. ¡Animal! ¡Déjalo vivir como un perro!.
Pirulero Anton / Copyring.