¡Válgame! Don Apuleyo
que Dios le conserve el olfato,
yo no merezco este trato,
de subirme usted hasta el cielo.
Es mi mayor anhelo,
se lo digo de corazón,
si alguna noche me desvelo
aprovecho la ocasión.
Para leer a D. Luís Lisón
o los versos de su Señoría
que me manda con tesón
y yo recibo con alegría.
Aunque fíjese que algarabía,
casa, abuela, peluquera y blogera
que cuando termina el día
llevo un palmo de lengua fuera.
¡Ay! Soy feliz de esta manera.
Ahora, enormemente agradecida
hasta me siento heredera
de su pluma tan querida.
Por su letra compartida
este verso ante usted se inclina.
Que Dios le de larga vida.
Se le quiere aquí en Sucina.
Mari Carmen
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