No tengo palabras...
A
MARICARMEN OLMOS EN BELÉN
Apuleyo
Soto
Con
cuatro joyas del brazo,
Que
eran sus hijos de miel,
Maricarmen,
de Sucina,
Se
puso en marcha a Belén
La
Noche de Nochebuena
Que
se encarnaba Enmanuel.
Allí
le peinó a María,
Peinó
al barbado José,
Y
al Niño no le peinó
Por
acabar de nacer.
¡Qué
trabajo, señor mío,
El
de esta inmensa mujer,
Lectora,
escritora, madre…
Y
peluquera unisex!
La
Cueva resplandeció
En
viéndola aparecer
Y
en ella dejó tijeras,
Peines
y aromas Chanell.
¡Qué
bien que olía el Pesebre!
¿Eso
ocurrirá otra vez?