La fuente en que me baño de dulzura
corre siempre, pues nunca se me agota
y en ella apuraré gota por gota
sin derramar ninguna, que es tan pura,
que sería un pecado, y su frescura
le viene, porque de un venero brota
bien hondo por caminos de una ignota
senda, que le confiere su hermosura.
Esa fuente es la boca donde bebo
ese néctar divino que me entregas,
que al pasar a mis labios me lo llevo
hasta el fondo del alma. Voy a ciegas
y quisiera libar durante un evo
esa miel que se esconde en tus bodegas.
Cristino Vidal.
1 comentario:
¡Madre mía! Qué pasión desenfrenada. A cuidar esa fuente amigo Cristino, muchas gracias.
Un abrazo.
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