DÍA DE LA
MADRE, en España.
Primer
domingo en mayo y celebramos
por eso
con respeto y alegría,
que no en
vano a este mundo nos traía
el ser al
que este día dedicamos.
Para
siempre, los hijos recordamos
a la madre
que fuera nuestra guía
para no
tropezar en esta vía,
que es el
mundo falaz en que habitamos.
No hay
nada comparable a su ternura,
tampoco
proceder más generoso
y menos
imponente fortaleza,
como la de
una madre. Sin fisura
amparará
a su hijo sin reposo
y si fuera
preciso, con fiereza.
Señora de
una pieza,
merece los
elogios encendidos
de todos
los que somos bien nacidos.
A MI
MADRE, EN EL DÍA DE LA MADRE
Quiero
este día mis palabras darte
a cambio
de las pocas que me diste
y así
tuvo que ser, pues no pudiste,
al tenerte
que ir a un mundo aparte,
en el cual
desde entonces ya eres parte,
pues desde
tu llegada te añadiste
a él y yo
quedaba solo y triste
aquí, por
no poder acompañarte.
Si vieras
cómo y cuánto te he llamado
por la
falta de amor, y lo notaba
en que
nadie de niño me lo daba
y tuve que
vivir siempre apartado,
huraño y
esperando que algún día
contigo me
llevaras, madre mía.
Me lleno
de alegría
cuando
pienso que vamos a estar juntos
hasta el
resucitar de los difuntos.
A LA
VIRGEN, EN EL DÍA DE LA MADRE (soneto inglés)
Para la
Virgen dejo en este día
mis pobres
versos con enorme celo
y ojalá
que, al leerlos, de alegría
surquen
sus risas el azul del cielo.
Es nuestra
Madre y como tal nos quiere
y cuida
toda llena de cariño,
pues cada
uno de nosotros fuere
desde que
nace, y antes, ya su niño.
Nos
acompaña y guía por el mundo
aunque no
la veamos, pero es cierto,
porque su
amor es por demás profundo
y de ambas
cosas puedo dar aserto.
También
Madre de Dios, que hombre se hiciera
y a pesar
de parirlo, virgen fuera.
A MAMÁ,
EN EL DÍA DE LA MADRE (soneto inglés)
Es día de
la madre y es por eso
que tus
hijos, tus nietos y marido,
hemos
venido para darte un beso
sincero y
por demás agradecido,
por cuanto
por nosotros te desvelas
que es
tanto, demasiado se diría,
y aun a
costa de todo cuanto anhelas,
por estar
vigilante noche y día.
No tenemos
manera de entregarte
el tiempo
que nosotros te quitamos,
pero
estamos dispuestos a mimarte
y acudir
al menor de tus reclamos.
Sabemos
que igualarte es imposible,
aunque
haremos por ello lo indecible.
DÍA DE LA
MADRE (a mi madre)
Quisiera
que este día no acabase,
para así
dedicarte en la mañana,
más la
tarde de toda la semana
y así
toda la vida continuase,
un
homenaje y luego se juntase
con otro y
otro más, pues tengo gana
de
conseguir tenerte tan cercana,
que
entrambos el amor se traspasase.
Vienen a
mí recuerdos del pasado
que avivan
los deseos de decirte,
que
siempre te he querido, pero ahora
quisiera
que estuvieras a mi lado
y ya para
los restos compartirte
con la
gloria de que eres acreedora.
EN LA
PALABRA MADRE.
En la
palabra MADRE está encerrado
todo el
amor del mundo, y la dulzura
de lo que
significa esa ternura
que a los
hijos de siempre les ha dado.
Los tiene,
aunque lejanos, a su lado
llegando
hasta la misma sepultura,
por mor de
esa tan fuerte soldadura
que
significa haberlos alumbrado.
Son un
pedazo de su propia vida,
siendo muy
suyos, pero moran fuera,
lo cual no
es óbice ni mucho menos
para
olvidarlos, porque nadie olvida
aquello
que en su entraña concibiera
con alma y
corazón de ganas llenos.
HOMENAJE A
LA MADRE SOLTERA
Un
homenaje, y sin dudar, merece
la madre y
mucho más siendo soltera,
porque se
puso el mundo por montera
y siguió
manteniéndose en sus trece
de
alumbrar a ese niño que ahora mece
y al que
ha dado la vida, aunque sufriera
acosos de
esa gente que, agorera,
a veces da
un consejo que estremece.
Nobleza,
valentía y convicción
adornan a
tal madre, porque lucha
contra la
adversidad como leona,
pensando
que le asiste la razón
y
solamente a esa razón escucha,
para
cumplir su rol como anfitriona.
Cuando el
ser eclosiona,
feliz
entre sus brazos lo acaricia
y siente
que con él hizo justicia.
Cristino Vidal.