Aquella noche me volví tan loco
gracias a tus caricias y tus besos,
que mis sentidos se quedaron presos
en ti y al recordarlo me desboco.
Lleno de gran satisfacción evoco
esos momentos y los tengo impresos
en el alma, pues fueron los excesos
tan grandes, que hasta el súmmum es bien poco.
Por cada poro te salía miel
y con inmenso ardor la recogía
paseando mi boca por tu piel,
que me supo mejor que la ambrosía
y así continuamos hasta el fin
de tan gustoso y mágico festín.
Cristino Vidal.
1 comentario:
¡Genial! Gracias Cristino.
Un abrazo.
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