Quisiera
ser un imán,
no
un imán de armas tomar,
sino
un imán capataz
de
la atracción de la paz.
Quisiera
ser un imán
que
atrajera el bien, no el mal,
que
no fuera un animal
pensando
solo en matar.
Quisiera
ser un imán
que
posara en cada cual
la
cordura y la bondad
del
corazón más cordial.
Quisiera
ser un imán
predicador
del Corán
en
el que prima un Alá
misericordioso
y tal.
Quisiera
ser un imán
instruido
par a par
en
la lucha por la sal,
la
luz, la lumbre y el pan.
Quisiera
ser un imán
contra
la muerte fatal
que
nos acosa a los fans
de
la existencia plural.
Ayudadme,
hermanos, ya
que
hemos pasado el umbral
de
la intolerancia actual
en
un mismo y triste hogar.
Apuleyo Soto.
1 comentario:
Siempre tendrás un buen "imán" D. Apuleyo.
Muchas gracias.
Un abrazo.
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