Papá, ¿crees que quedará un trocito de cielo allá arriba para
cuando llegue mi hora?
Tengo miedo papá, no quiero pensar que cada vez se aleje mas
ese cielo, o que no esté.
Nunca odié y ahora no estoy segura de ello.
Jamás mentí y al llenarme de mentiras, ahora callo.
Escuché la voz de quién creía sabio/a y resultó ser uno/a de
tantos/as. Su sabiduría eran intereses como todos los demás.
Uní mis manos a otras para ayudar y no sirvió de nada.
Me gustaría saber cual es el verdadero necesitado y quien me
necesita para sus audaces fines. No me atrevo a dar la mano. Ya no sé
distinguirlos, papá.
Temo que no soy la misma persona de antes y que nunca volveré
a serlo.
Debajo de la cola del perro de San Pedro, creí tener un
trocito de gloria merecido.
Papá, guárdamelo tú que estás ahí.
Te quiero.
Anónimo.
6 comentarios:
No sé quien será el autor/a de este precioso escrito pero, con su permiso, yo lo voy a copiar y se lo enviaré también a Mi Padre que está Allá Arriba.
Un abrazo.
Seguro que es un honor.
Gracias de su parte.
Un abrazo amigo.
MUY BUENO
¡Como esta el patio en la Página de al lado! ¡Yo de aquí no me muevo!
¡Somos menos!. Pero estamos calentitos. Junto a nuestros padres, nietos, hijos y perros (que también son criaturas de Dios). ¡Madre mía! Nunca trajo cosa buena mucha gente junta. Así, que callandico, por la sombra y la orillica.
Pirulero Anton/Copiring.
Jajajaja Pirulero, eres la reperaaaa, jajaja.
Un abrazo amigo.
Muchas gracias Florencia pòr visitar este humilde blog.
Ha sido para mi una grata sorpresa ver un comentario desde Buenos Aires, de una famosa fotógrafa y escritora, aquí, en esta página.
De nuevo gracias y marcha un gran abrazo hacia Argentina para tí de todos nosotros, desde España.
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