Si
mi niña no puede,
no
puede dormir,
bajaré
yo la luna,
vaya,
vaya que sí.
Una
luna redonda,
dorada,
carmesí,
que
le guiñe traviesa
a
la a, a la e y a la í.
Si
mi niña no puede,
no
puede soñar,
subiré
yo los peces,
los
peces del mar,
con
sus colas y escamas
a
la i, a la e y a la a.
¿Dónde
estás, niña mía,
que
te quiero acunar
en
un bosque de algas
y
de espumas y sal?
Ya
me ha escrito tu nombre,
tu
nombre y nada más,
el
travieso escribano
llamado
calamar.
A
la a, a la e , a la í,
A
la i, a la e, a la a.
Apuleyo Soto Pajares.
1 comentario:
Seguro que con esta bonita nana queda profundamente dormida.
Muchas gracias D. Apuleyo
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