Que se me va
el año,
que se nos
va.
Dos mil
quince, ceniza,
polvo y nada
más,
no por una
vida,
por una
eternidad.
Que se me
fue el tiempo,
que a ti se
te irá
a lo
desconocido
y sin vuelta
atrás.
La ciencia ¿qué
ciencia
nos dilatará
la loca
carrera
de ser sin
parar?
Y además
¿por qué
y para qué
ya?
¿Dónde andan
Platón,
Cicerón,
Juvenal,
Góngora,
Quevedo,
Bécquer o
Fray Juan?
Dos mil
dieciséis
empezando
está.
¿Podremos
vivirlo
con
normalidad?
No nos
agobiemos.
No hay rosa
inmortal,
pero sin
embargo
su olor
seguirá…
Apuleyo Soto.
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