Van pasando las horas lentamente
todas las noches, y mirando al techo
por no poder dormir, las aprovecho
para hurgar en lo oscuro de mi mente.
Me traigo del pasado hasta el presente
aquello que no hiciera o que haya hecho
con lo cual no me encuentro satisfecho
y me horada con furia el subconsciente.
Tales recuerdos son la causa y fuente
de que algunas desdichas al acecho
comiencen por los surcos de mi frente
y acaben alojándose en el pecho,
con un dolor que es harto consecuente
con un pensar que es demasiado estrecho.
Puede que en algún trecho
del camino pecase de inconsciente
y algo quizás se me quedó pendiente.
Cristino Vidal.
1 comentario:
Bienvenido al club de los que le ronda la cabeza cuarenta mil cosas.
Muchas gracias Cristino.
Un abrazo.
Gracias a ti y a D.Apuleyo el blog se mantiene vivo porque yo estoy "mas liá que la pata de un romano y no tengo tiempo de ná"
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