¡Ay! Palmero, Palmerito,
mira que ponerte malo
cuándo mas te necesito.
No te arreo con un palo
porque eres un bendito.
¡Anda! si yo me calo,
que te quedas calentito,
en la cama con tu halo,
de tu sueño, dormidito.
La palmera queda sin falo
y tu te quedas sin pito.
Mari Carmen.
1 comentario:
¡Ay Mari Carmen!, amiguita,
no sabes como estaba lo mío;
to pasmaico, helaico de frío
hasta la vuelta de Palmerita.
La muy fiestera de marcha fue
para palmear a los flamencos,
y auyentar a todos los jumencos
tal como yo mismo le encargué.
A su vuelta, yo tiritaba,
Ella, bien fresca que venía
diciéndome con gran ironía
que por qué yo no me tapaba.
A sus calorías, yo me arrimé
mientras el pito iba pitando,
mi fiebre, más se iba alzando;
y muy espachurrao yo me quedé.
Dónde está el pito, me preguntó,
que otra vez me quedo sin pitar
teniéndome de nuevo que aguantar.
¡¡¡Pues Mari Carmen me lo quitó!!!
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