¡Ay Mari Carmen!, amiguita,
no sabes como estaba lo mío;
to pasmaico, helaico de frío
hasta la vuelta de Palmerita.
La muy fiestera de marcha fue
para palmear a los flamencos,
y auyentar a todos los jumencos
tal como yo mismo le encargué.
A su vuelta, yo tiritaba,
Ella, bien fresca que venía
diciéndome con gran ironía
que por qué yo no me tapaba.
A sus calorías, yo me arrimé
mientras el pito iba pitando,
mi fiebre, más se iba alzando;
y muy espachurrao yo me quedé.
Dónde está el pito, me preguntó,
que otra vez me quedo sin pitar
teniéndome de nuevo que aguantar.
¡¡¡Pues Mari Carmen me lo quitó!!!
El Palmero.
1 comentario:
Jajajaja, muy buenooooooooo Palmero. Graciassss. ¡Eres geniall!
El pito, ya te lo devolveré un día de éstos,,, jajaja.
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