Ha muerto Víctor Barrio
toro al pecho
derramando su sangre por
la arena.
Ha muerto y el silencio
del despecho
va de la rabia inútil a
la pena.
Fue su última suerte.
¡Qué faena!
“El Maño” le tumbó y
a él derecho
le empitonó dejándole
deshecho
el ancho corazón de luna
llena.
Era el coso en Teruel un
griterío
antes del pavoroso
escalofrío
que enmudeció las gradas
de la gloria.
Segovia le mantenga en la
memoria,
el mundo sepa de su
estampa y brío,
y su nombre se escriba y
haga historia.
Apuleyo Soto.
2 comentarios:
Qué lástima de criatura, cuando empieza a triunfar y vivir. Descanse en paz.
Muy emotivo tu soneto Apuleyo, me ha encantado.
Un millon de gracias por compartirlo en este rincón.
Un abrazo.
Sr Apuleyo, es Ud mas valiente en los tiempos que corren, que el mas valiente de los toreros. Honra, para los toreros y los poetas, que unos se juegan la vida con un toro y los otros con una pluma. No se que arte estos dos es mas perseguido y arriesgado.
Un saludo de Paco Avilés.
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