El reír a mandíbula batiente
es muy sano y de gente generosa,
que para nada quiere ser graciosa
ni enseñar la blancura de su diente.
Sólo se trata lisa y llanamente
de cambiar de manera cariñosa,
así como quien no quiere la cosa,
esa tristeza que hay en mucha gente.
Como se sabe bien, no cuesta nada,
así que hagámoslo con gran frecuencia
y convicción, de modo que dejemos
con tan hermosa acción la deseada
alegría, con esta menudencia
de la que todos regalar podemos.
Cristino Vidal.
1 comentario:
Qué razón tienes amigo Cristino.
Muchas gracias.
Un abrazo.
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