Los que mandan hoy en casa
son los reyes infantiles.
No hay que tomárselo a
guasa
pues son miles, miles,
miles.
Lloran, ríen, saltan,
cantan
sin ton ni son porque mola
y a sus padres les
encantan
y les sueltan a su bola.
-Dame la vaca, mamá.
La quiero acunar en
brazos.
Tráeme el cerdito, papá.
Le doy de comer a plazos.
Papá y mamá se
enternecen,
acercan los animales
y al pronto desaparecen
sin dar señales de tales.
¿Dónde está la
gallinita?
¿Dónde el auto y el
camión?
¿Y dónde la muñequita
de trapitos o cartón?
-Yo no sé, dice la niña.
Yo tampoco, dice el niño.
Y así se acaba la riña
reconvertida en cariño.
Destrozados por el suelo
andan la Tablet y el
móvil.
La infancia no halla
consuelo.
Ahora cogen un playmóvil.
Hay que llevarlos al cole
(se miran papá y mamá)
No hay nadie que los
controle.
La destrucción es total.
Añorada Educación
¿y dónde has ido a
parar?
Sin duda la solución
Apuleyo Soto.
1 comentario:
A éstos "Reyes de andar por casa" les tenemos demasiado consentidos.
Gracias por tu poema, muy bueno.
Un abrazo.
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