El summum del placer está en la boca
y no en otro lugar muy diferente,
como en el que asegura tanta gente
y que por cierto en eso se equivoca.
Ese lugar que tanto les provoca
y otros más de valor equivalente,
sumándolos, serían, y es patente,
comparados con ella un abreboca.
Por ella el alma sale al exterior
y en sus labios se deja su dulzura
como también virtudes y embelesos
que invitan a gustar de ese sabor,
mucho más dulce que la miel más pura
que se encuentra presente entre los besos.
Cristino Vidal.