Necesito de mimos que me quiten
el tedio, la amargura y la tristeza
y saquen de raíz de mi cabeza
todos los males que entre sí compiten
por dañarme o al menos los limiten
en cuanto a intensidad y en la fijeza
que tienen, y devuelvan mi entereza
y mi aplomo y entrambos los eviten.
Estoy seguro que sería ungüento
que me llevase hasta la misma gloria
llenándome de paz y regocijo,
viviendo como príncipe de cuento
y disfrutando de tan dulce euforia
metida para siempre en mi entresijo.
Cristino Vidal.
1 comentario:
¿ Y a quién no le gustan los mimos? Jeje, creo que eso es universal Cristino. Muy bueno amigo.Muchas gracias.
Un abrazo.
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