18 Marzo
EL ENCUENTRO
Que seas Tú, Señor, no me lo creo.
Que estés aquí conmigo frente a frente,
departiendo de amor íntimamente,
no puede ser si no Te toco y veo.
¡Qué Comunión y qué esencial recreo
abrirte el pecho delicadamente
y sentir que en un tórrido torrente
hacia Ti como un náufrago, braceo!
Cógeme a salvo, sálvame del mundo.
Fuera de Ti me pierdo y me confundo.
No sé sin Ti siquiera ser yo mismo.
Señor, ya sé muy bien lo que es abismo,
lo que es llamar, llamar … y escuchar solo
Tu silencio inmortal de polo a polo.
Apuleyo Soto
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