30 Marzo
RECUERDOS INFANTILES
NACÍ en Zamora, tierra llana y ruda,
que atraviesa de parte a parte el Duero
con la maroma echada del caldero
que a la mar moribunda va sin duda.
Aprendí que la vida era muy cruda
con los muerdos del frío verdadero
que enseñaba sus dientes por enero
con el sonido bronco de la azuda.
Con monjas dominicas me eduqué,
poniendo poco empeño, bien lo sé;
propendiendo a la holganza y a soñar.
Recuerdo las vocales con sor Fe,
con sor Mercedes vino el verbo amar
y, al terminar la escuela, el de llorar.
Pedro Crespo Refoyo
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