2 Mayo
PAN
Oía a mi madre decir:
“niños la mesa está puesta”,
Y salir debajo de las piedras
Los hijos corriendo a la misma.
En el centro de la misma, el pan,
blanco, reluciente;
el aceite, la sal y el tomate, al lado.
Y era el pan blanco como oro
Porque nosotros éramos pobres,
Sólo los domingos había
Mi padre lo partía, en trozos,
Con sus grandes manos
y lo mirábamos asombrados.
No pongas los codos en la mesa
Ni cojas más del necesario
Pues otros niños no lo disfrutan
Aunque sus manos así lo pidan.
Hijos, decía mi padre,
El hambre tiene una cara
Parecida, a veces, a la parva
Que gira y no se encuentra.
Para que la encuentre, ahora,
No toquemos el pan hasta mañana
¡Que queremos dormir tranquilos
Y comernos el hambre!
Cándido T. Lorite
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