27 Mayo
Ningún río regresa
a su manantial.
A todos se los traga vorazmente el mar.
Tampoco nosotros,
en el trayecto de la vida,
volveremos al punto de partida.
La Muerte es la conservera
de los nacidos
cuando ya solo seamos
huesos roídos.
A vivir, que son dos días,
carpe diem escribía
Kalil Gibrán, que de ellos sabía
y como a mieles…
se los bebía.
Apuleyo Soto
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