EN BUSCA DE LA PALABRA PERDIDA
Ayer, mientras escribía una poesía sobre la muerte,
extravié la palabra clave
en algún recoveco de mi mente.
Antes de llegar a plasmarla sobre el papel en blanco,
insistentemente la busqué
en mi caos interior, pero…
burló mi rastreo desesperado.
Leí, decepcionado, una y otra vez mi poesía inacabada,
sabía que sin esa palabra esencial
todo era inútil, vano, superfluo,
el sentido, el ritmo y
hasta mis propios pensamientos;
quise reemplazarla
buscarle diferentes adjetivos pero …fracasé.
Finalmente acabé por quemar el poema inconcluso
en un acto irreflexivo
del que hoy, todavía, no me arrepiento,
y cuando abandoné la búsqueda
ella vino a mí, súbitamente,
reclamando su lugar, su espacio,
pero para ella también ya era demasiado tarde.
Lo que empezó siendo un poema
sobre la muerte, venido y sobrevenida,
se ha convertido en la muerte
de la palabra perdida.
Cándido T. Lorite
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