3 Diciembre
ELEGIA LAMENTABLE
I
Desde este mismo instante seremos dos extraños.
Por estos poco días, quién sabe cuantos años...
Yo seré en tu recuerdo como un libro prohibido
-uno de esos que nadie confiesa haber leído.
Y así, mañana, al vernos en la calle, al acaso,
tú bajarás los ojos y apretarás el paso,
y yo, discretamente, me cambiaré de acera,
o encenderé un cigarro, como si no te viera...
II
Seremos dos extraños desde este mismo instante
Y pasarán los meses, y tendrás otro amante;
y, como eres bonita, sentimental y fiel,
quizás, andando el tiempo, te casarás con él.
Y ya, más que un esposo, será como un amigo,
aunque nunca le cuentes que has soñado conmigo,
y aunque, tras tu sonrisa de mujer satisfecha,
se te empañen los ojos, al llegar una fecha...
III
Acaso, cuando llueva, recordarás un día
en que estuvimos juntos y en que también llovía.
Y quizás no te pongas nunca más aquel traje
de terciopelo verde, con adornos de encaje.
O harás un gesto mío, tal vez sin darte cuenta,
cuando dobles tu almohada con mano soñolienta.
Y domingo a domingo, cuando vayas a misa,
de tu casa a la iglesia, perderás tu sonrisa...
IV
¿Qué más puedo decirte? Serás la esposa honesta
que abanica al marido cuando ronca su siesta;
y tras fregar los platos y destender las camas,
te pasarás las noches sacando crucigramas...
José Ángel Buesa

No hay comentarios:
Publicar un comentario