LA BORDADORA DE BELÉN
Puesto que soy bordadora,
hoy bordo para el Vergel
las sabanitas de angora
para que entibien su piel.
A tan preciado clavel
le estoy bordando un babero
y lo hago con tal esmero
que como este no hay dos;
se merece el Niño Dios
lo mejor del mundo entero.
Tendré la cuna dispuesta,
pues Jesús de mis amores
ha de nacer entre flores
de la más bella floresta.
En estos días de fiesta,
desde la noche al albor
voy a bordar con amor
sábanas de pura seda
para que dormir bien pueda
mi Divino Redentor.
Desde la noche a la aurora,
la cuna quiero mecer
del Niño que ha de nacer
y seré su cuidadora.
Le llevaré a la Señora
para que cubra a su Niño
una frazada de armiño
hecha de blanda dulzura,
y para la criatura,
un encaje de cariño.
Chelo Álvarez
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