8 Septiembre
CUARTETAS
Tiene mi niña en su rostro
un espejo de corales,
cada ocasión que me postro,
canta siempre por verdiales.
Quien de amor no es enseñado,
ni de querer tiene oficio,
pongámosle un puñado
de mañas a su servicio.
Son, amor mío, tus ojos
una encendida caverna
y siempre que tengo antojos
la espera se me hace eterna.
Ay, bella joven, que vendes
los nardos de tu canasta,
a enamorados sorprendes
y con eso solo basta.
Miguel Checa
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