27 Noviembre
EL ABRIGO
¡Jo!, me he mercado un abrigo...
debe venir de Noruega,
de internet lo he comprado,
¡no veas como me queda!,
de buen pelillo afelpado
preparado por si nieva,
mucho a mi me ha gustado,
deseando de estrenarlo,
pero como no hacía frío
allí estaba en el armario,
hasta que ya me lancé
y me fui con él a Misa,
muy chula, yo no pesé
el calor que pasaría
sólo llevaba una camisa
debajo de aquel mantón
¡qué mala mi decisión!
Cuando el cura alzó al Señor
y antes de la Comunión
a mi me caía el sudor
por la frente y a chorretes
¡ay madre!, ¿pero qué hago yo,
si me arden los mofletes?
El nórdico ese me quité
mirando a la sacristía,
en la puerta lo colgué,
lo cogí cuando salía.
Aunque la compra fue buena
en esta bendita tierra
de tanto calor de infierno
ni subiéndome a la sierra
ni que llegue Nochebuena
aquí no existe el invierno,
¡jope! pues es una pena,
y la polilla comiendo.
Mari Carmen
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