25 Marzo
CAMBIO DE HORA
Él no quiso un cambio de hora
ni un minuto, ni un segundo
y un tic-tac sordo y profundo
se esfuma sin ver la aurora.
Se oye una apisonadora
que destroza lentamente
la sombra, por la tangente
que va al lado de la vida
que nunca creyó perdida.
Y no hay nada de repente.
Luís Olaverri.
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