viernes, 7 de marzo de 2025

8 Marzo

 

8 Marzo

LO QUE SUCEDIÓ.

Llegó a mí con su sonrisa

Y cambió la noche por día;

Convirtiendo un cielo en otro,

El anochecer por la amanecía.

El silencio de mis días

Se cubre con tus pasos del mañana;

¿Qué haces? ¿Dónde te encuentras?

Mi soledad abre las puertas.


Mi corazón se engrandece

Y mis ojos miran a lo lejos;

Se alargan pidiendo otros

Y poder mirarse en los tuyos.


No quiero ver las estrellas

Ni las piedras del camino;

Porque te saludarán primero

Para tropezar con ellas.


Se afianza el corazón

Como el coral en la roca;

Hasta el árbol que te vio

Y te dijo adiós primero.


Sin remedio andas en busca

De las huellas de su vida;

Cantando tus melodías

De tu muerte y de su vida.


Si mi vida ya he vivido

Y mi muerte ya la vi;

¿Por qué mis fantasmas vienen

A no dejarme dormir?


El alma tiene ternura

Y señas me hace a mi;

Me parece un buen amigo

para tenerlo cerca de mi.


Ahora me encuentro aquí

Vestido con alma nueva;

A fuego viene grabada

De lejanas tierras viene.


Un corazón de cristal trae

Transparente igual que él;

Atrás una nada ya sonríe

En una imagen sin rostro.


Despejó mi vida la poesía

que el camino hacia mi traía;

quedó atrás mi universo

en llegando el nuevo día.


¿Dónde mis ojos miran?

¿qué mis ojos quieren ver?;

Angustias, fracasos, dardos

Atrás quedaron en el camino.


Viajero empedernido soy, de

Inviernos, veranos, estrellas;

En llegando a un lugar

Pensando estoy en volver ya.


¿Seré capaz de entender?

Cuando vuelvo, ya me voy;

Si me voy es que no llego

Y de un sitio a otro voy.


¿Podría yo entender ahora?

Vuelvo buscando las olas;

Llego desde la lejanía

De buscar entre los muertos.


Y encuentro entre vosotros

A mis mejores amigos;

Los que mis manos cogisteis

Cuando al abismo caía.


Perdí lo que me tocaba

Y gané lo que no pedía;

En este juego traidor

Gané, más que perdí.


Aprendí entonces a ser

No lo que fui ni seré;

El espacio que encontré

Y que en mi vida, lloré.


Llego ahora ante vosotros

¿sabré, al fin, entender?;

Vengo de aquella tierra

Donde fantasmas dejé.


Al llegar de aquel olvido

Me consideré extranjero;

La muerte del alma llevo

Como estampada en un sello.


He llegado a mi destino

En mi casa por fin yo entro;

Las llaves que a mí me dan,

¿cuándo se habían perdido?



Amigos, juegos, versos

Poesía, caminos, viajes;

Yo encontré ya mi sitio

Aquél que quise ser, ya soy.

Cándido T. Lorite



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