10 Septiembre
EL ADIÓS CONSTANTE
Apuleyo, ve y dile a tus amigos
que vivir más sin ellos es castigo
que tú no te mereces y que abrigas
iguales granaciones que la espiga
que se engrana en la áurea y dúctil paja
del centeno, el maíz y la cebada.
Es tu vida hasta hoy muy bien pasada,
pronto llegará Moira a hacer rebaja.
Capitulemos, pues, si es necesario,
no necesito incienso ni incensario
sino seguir viviendo simplemente.
Ayúdame, Señor, y tenme en mente
Tú que eres dulce dueño potenciario
de mi cuerpo y mi alma juntamente.
Apuleyo Soto
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