29 Septiembre
POEMA XX
Si un día lloré por ti,
quiero que te enteres pronto,
porque mi silencio dice:
“De tus sueños no me escondo”.
Si una noche oyes mi voz
y se asemeja a un adorno
entre los susurros viejos,
es señal de que ya estorbo.
Si al despertar no me encuentras,
ni puedes hallar mi foto,
no te preocupes más nunca,
porque me he ido con lo propio.
Nunca habré tenido amigos,
ni versos, ni sueños locos;
nunca habré sido palabra,
y habré sido nada y todo.
Por haber nacido, yo hube
de ser de tierra y abono;
y alguien hubo de plantarme,
mas no ocurrió ni sé cómo.
Nunca me haré camino,
porque yo vengo del polvo
y al polvo he de retornar,
porque solo soy un monstruo.
Siempre acaba amaneciendo,
aunque el sol se apoye al hombro.
Tenemos que cargar siempre
con la historia en nuestro lomo.
Cuando haya marchado, olvídame;
olvida mi falso rostro,
si es que acaso lo recuerdas,
porque nunca fui tu arroyo.
No me quieras confundir
con la locura del otro,
porque, aunque ya no soy luz,
sigo iluminando flojo.
Como dije, si lloré,
quiero que te enteres pronto,
porque nunca lo sabrás
y, cuando lloras, te oigo.
Antonio Cánovas Pinto
No hay comentarios:
Publicar un comentario