La boca en la que pienso y me imagino
ha de ser tan sabrosa como fresa,
llenando de dulzura cuando besa
y me invita a soñar que soy destino
del beso punto menos que divino
y a mi alma ya la tiene más que presa,
viviendo en un ardor que la embelesa
por tener tal deseo de inquilino.
Imagino también esa ambrosía
que salga por sus labios, tan carnosos
y frescos, succionando avariciosos
las mieles deseadas a porfía
y pienso en ese súmmum de placer
que cabe en una boca de mujer.
Cristino Vidal.
1 comentario:
Qué bonito poema Cristino.
Muchas gracias poeta.
Un abrazo
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