Si el corazón te notas que está lleno
de envidia y tu impresión resulta cierta,
haz cuanto puedas por abrir la puerta
y expulsa con ardor ese veneno.
Es un mal al que debes poner freno,
además de estar siempre más que alerta
para no recibir ninguna oferta
que te haga apetecer el bien ajeno.
Has de pensar también que si lo ocupas
con algo que no es bueno, ya no tienes
lugar para el amor, que es don divino,
por lo que te conviene volver grupas
y enseguida buscar por los andenes
el tren que te transporta a ese destino.
Cristino Vidal.
1 comentario:
Precioso poema y qué razón tienes amigo Cristino.
Muchas gracias.
Un abrazo.
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