Dice que dice que dice
la policía rearmada
que estamos a buen recaudo
del terrorismo en España
porque está continuamente
en perfecta orden de
guardia
y ha abortado no sé
cuántos
intentos de masacrarla.
Ya preparación le sobra,
buena intención no le
falta,
pero me temo que no
nos basta con su palabra,
ya que en nuestros
aledaños
-Turquía, Bélgica,
Francia,
Túnez, Egipto, Marruecos,
Argelia, Siria, Alemania,
Holanda, Estados Unidos
e incluso la Gran
Bretaña…-
golpea a más no poder
con saña brutal y airada
en nombre de Alá “el
piadoso”,
el que al infiel avasalla
dejándolo tinto en
sangre,
¡oh manantial del que
manan
nuevas rosas cada vez
que el ISIS sin piedad
mata!
Alándalus, ten cuidado,
guárdate de él Granada,
guárdate de él Sevilla,
guárdate, Córdoba llana…
,
quiere para sí la Torre
del Oro dodecagrama,
quiere para sí el alfange
del Guadalquivir del agua,
quiere para sí Almería,
Murcia, Valencia y La
Mancha,
quiere para sí Almudenas,
castillos y barbacanas,
quiere para sí mezquitas,
quiere para sí la
Alhambra,
y quiere la Aljafería
y hasta quiere las
campanas
almanzoras de Santiago,
-que es la tierra más
cristiana-,
como demostró en sus
múltiples
y acometedoras razzias
de Tarifa a Covadonga
y luego en sus propios
Taifas.
Ten cuidado, España
nuestra,
ten cuidado, España,
España.
La policía no puede
hacer frente a esa
escalada
de terror por más que
intente
retener tanta desgracia.
Dice que dice que dice
que nos protege y nos
guarda,
pero un golpe repentino
la quiebra y la desbarata
con un camión y un
cuchillo
en manos de su baraca
haciendo camino estéril,
por donde arremete y pasa
sembrando el temor y el
pánico
por calles, barrios y
plazas.
Ten cuidado y no te
alteres,
mantén enhiesta la
guardia,
la guadaña de la Muerte
no avisa, se está
callada,
y en la barca de Caronte
se lleva con cuerpos,
almas,
almas que los desalmados
piensan que no valen nada.
Lobos solitarios o
escondidos en manadas,
son traicioneros odiosos,
están siempre a la que
salta,
portan un libro en la boca
y un puñal en las
entrañas.
Atención vuelvo a pedir.
Al arma, guardias, al arma
para defender la tierra,
la honra, la paz, la casa
común que es el mundo
libre
y de ser libres se trata.
Libres en las oficinas,
libres en las altas
fábricas,
libres en las avenidas
y en las ciudades
portuarias,
libres en el campo libre
y en las calles
asfaltadas,
libres, libres, con las
manos
blancas,
blancas, blancas, blancas…
Apuleyo Soto.