Antaño conocí a un matrimonio
que vivía feliz y enamorado,
pero entre ellos metíase el demonio
y toda la armonía se ha acabado.
Al llegar a este mundo la informática
el marido cayó más que enseguida
en ella y se acabó la dulce plática
con la mujer, quedando ésta aburrida.
Con amigos lejanos él hablaba,
siendo prácticamente a cada hora
y a ella decía, cuando preguntaba
que estaba con su fiel computadora.
No vuelvas a decirme que computas,
gritaba la señora en las disputas.
Cristino Vidal.
1 comentario:
Cierto amigo Cristino, internet...
Gracias.
Un abrazo.
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