26 Marzo
Son los rostros del bullicio y la calma
los que engendran las calles indolentes
de las ciudades rotas y vigentes
que resurgen de los pasos del alma.
Aquel semblante ermitaño que ensalza
los huesos de las melosas simientes,
nacidas entre cobijos y puentes
de la fría urbe que ahoga y despalma.
Caminante sin caminos pretéritos,
¿por qué indagas en noches sin estrellas
y en lluvias que huyen de nubes y méritos?
Amante entristecido sin doncellas,
¿por qué buscas corazones eméritos
en los cobijos de las calles sin huellas?
Antonio Cánovas Pinto
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