lunes, 8 de marzo de 2021

8 Marzo

 


8 Marzo

Es el día ideal para publicar este poema de uno de nuestros más fervientes colaboradores.

Este poema dice mucho sobre la diferencia de la mujer que reivindica sus derechos y de “las otras” que lo han tenido todo en la vida sin esfuerzo.

Éstas últimas, su pobre arma de manifestarse es la exhibición de sus cuerpos acompañadas de memeces y vulgaridades tan absurdas, que no representan para nada a la auténtica mujer que ha luchado y lucha por la igualdad de género.

POEMA AL ESTILO LITERARIO DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ

Necias mujeres que al hombre

desplazáis con displicencia

de vuestra propia presencia

con ingratitud sin nombre;

si bien lo consideráis,

al no darle el corazón,

o carecéis de razón

o equivocadas estáis.

Hombres hay que son tiranos

de vuestras gracias mayores,

pero en los casos de amores

la mayoría son sanos.

Aceptarlos, pues, tal son

y cumplidas quedaréis;

dad vosotras lo que déis,

ellos responden al don.

Amadlos como ellos sean

con delicioso primor,

eso bien se llama amor

y otra cosa no desean.

Menos combates de sexos

y más paces de armonía

es lo que el hombre querría

a pesar de sus excesos.

Ved que la vida es muy corta

y conviene aprovecharla

en vez de recriminarla,

eso, no más, les importa.

Juzgáis su porte severo

y no apreciáis sus sonrisas;

buenas son siempre las brisas,

malo es el viento agorero.

¿Pensáis que el hombre os desprecia?

Es falsa tan presunción;

dad alas a la razón

y os quedaréis de una pieza.

¿Queréis encontrar al hombre

que se pirre por vosotras?

Menos, menos maniobras,

que nada de él os asombre.

Los humores van y vienen

en los amos y en las amas,

quitaros, ay, las escamas

y amadlos si es que os convienen.

¿Puede ser algo más raro

que estando para quererse

quiera uno deshacerse

de la luz cuando es el faro?

Entre el favor y el desdén

hay una cuerda muy larga;

no es la mujer una carga

ni es el hombre su sostén.

Entre dos se lleva más

que uno solo a su albedrío;

sin cauce no existe el río

ni sin Pan, Nunca Jamás.

Queredlos igual que os quieren,

id con ellos a la caza,

a la moda y a la casa

y veréis cómo os prefieren.

¿Quién mayor culpa tendrá

en la eterna desunión?

Prestad en esto atención:

quizás ninguno, quizás.

Dejad atrás la arrogancia,

olvidaros de las penas,

no penséis que sois sirenas

si no aceptáis esta instancia.

Y me callo porque sois

fáciles presas seguras

de las muchas amarguras

que con el poema os doy.

Hoy por hoy no cabe duda

de que entre Hombre y Mujer

la comprensión ha de ser

mutua, sobrosona y… muda.

Apuleyo Soto



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