2 Junio
NO ES TORO LO QUE PARECE
Contaba mi abuelo que en cierta ocasión fue a la feria de Turégano a comprar un buey que le ayudara en la labranza.
Volvió ufano con un manso animal grande y fuerte que iba a ser la envidia de todos.
Entrando al pueblo, al ver a unos vecinos, pensó soltarle la maroma. El buey, viéndose libre de ataduras, echó a correr y los vecinos, pensaron que de un toro se trataba, intentaron ponerse a salvo queriendo entrar por las puertas carreteras más cercanas, sin reparar que éstas se encontraban cerradas.
Alguno quedó chato de aquel envite.
¡Al burladero!
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