LA IRA
Nos llamaban, de pequeños,
“los niños sin futuro”,
Los que conocimos el hambre,
Las colas para comprar,
Los que no teníamos libros
Ni juguetes ni pelotas.
Los que teníamos las piernas flacas,
Llenas de “pupas” de las caídas
Los que recibíamos los golpes de todos
“porque había que educarnos”,
Los que dábamos las gracias
Por un sitio donde refugiarnos a jugar.
Los que poco a poco íbamos acumulando IRA.
Los que no serviríamos para nada
Los que teníamos que saber
Lo que era el Domunt, los niños negros de África,
y una misa en latín que nadie entendía.
Y acumulábamos IRA.
Aquellos “los” se hicieron mayores
Y olvidaron el vacío que tenían
Dando paso “los niños sin futuro,
A los herederos de los hijos de la IRA”.
Cándido T. Lorite
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