10 Septiembre
DÉCIMAS ESPINELAS
Para que no se me olviden
las rimas de la décima espinela,
voy a rimar con cautela
unas cuantas que me obliguen
a respetar lo que prescriben.
De esa forma me saldrán
perfectas como pretendo
y sigo ésta componiendo
porque así se mantendrán.
La segunda ya me es fácil,
en ella acabo de entrar
y no me ha empezado mal,
demostrando que soy hábil,
aguerrido, listo y ágil.
En ella, por tanto, sigo,
siendo su grato testigo
hasta llegar al final.
Aquí está como lo digo,
ya no necesita más.
La tercera ya me espera.
Adelante, mi Apuleyo,
que es que tú puedes facello
con tino y sonoridad
de maestro que es la pera
limonera retrochera,
valga esta causalidad.
No se resiste la décima,
aunque a veces sea pésima
como ésta en la realidad.
Sin quereros empachar,
me meto en la cuarta estrofa,
espero no salga fofa
y derribe mi rimar.
No lo hará, no lo hará.
Basta cambiar de sonido
y sea como no ha sido
hasta el momento presente.
Tente, tente, sé prudente
y cállate por piedad.
Estrambote:
Sólo se usa en el soneto,
pero aquí yo pego un bote
y me disculpo, señores
y señoras de postín.
Pocas veces hice el primo
como ahora que le rimo
y le doy un triste fin.
Apuleyo Soto Pajares
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