sábado, 23 de septiembre de 2023

24 Septiembre

 

24 Septiembre

MAESTROS

Un maestro subió al cielo

y le preguntó al Señor:

Tú, que eres nuestro consuelo,

¿por qué no bajas al suelo

y nos libras del terror?



-Ya bajé a la tierra un día

en el vientre de María

y salvé a la Humanidad

del pecado original

de Eva y de Adán.



-Pues ahora, ay Dios mío,

estamos tan mal que entonces…

y Tú, que bien nos conoces,

deberías redimirnos

de tan grande apostasía,

propia de nosotros mismos.



Yo soy el que soy”, dijiste,

y así pues, nos redimiste.

Hazlo nuevamente Dios

y límpidos déjanos.

Y pues eres el que eres

y no hay otro como Tú,

¡oh Jesús, Jesús, Jesús!,

sálvanos, que bien pudieres.

Absuélvenos ya del mal

por el que a tierra vinieres,

ese pecado mortal

que tanto contaminó

a los hombres y mujeres

en este mundo traidor.

Yo soy ciertamente el

maestro que te imploró

clemencia para el humano

ser que te traicionó,

y sé que todo es ficción

de poesía de amor.



Baja a la tierra, Señor,

una vez más y que nos…

subamos al cielo ya,

pues esperándonos estás

para allí adorarte, Dios,

por toda la Eternidad.



Maestro, Maestro fuiste,

además de Creador.

Me despido, mi Señor,

a Tus pies dejo pendiente

mi candidez de doctor

y maestro permanente

como la del docto CUR

que me inspiró este poema

y merece por lo tanto que le ponga

SOBRESALIENTE, SOBRESALIENTE, SOBRESALIENTE.

Adiós, mi Dios,

tennos a los dos PRESENTES.

Apuleyo Soto

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