26 Marzo
PLEGARIA PAGANA
ÁBREME, soledad, tus brazos plenos
de luz, tus pechos tiernos, maternales;
abre tu vientre henchido a estos mis males;
tus altas arquivoltas, a mis trenos.
Abre tus labios frescos a mis buenos
deseos de entregarme a tus bancales,
donde forman las aves sus nidales:
lejos de tempestades y de truenos.
Concede, soledad, la firme paz
que anhela, sin lograrlo, ya mi alma
desde hace tantos años sin descanso.
Otórgame siquiera amplio remanso,
cuando en el aire todo huele a sal
y me aguardan las ondas con su calma.
Pedro Crespo
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