sábado, 13 de junio de 2015

Miradores de Segovia

Colócate en la altozana Zamarramala visual frente al Alcázar soberbio disputado al musulmán por sus mujeres bravías en torno a la Media Edad… y por la pétrea Segovia predisponte a pasear.
Baja por la cruz templaria sacra y dodecagonal, sigue tras húmedos huertos bajo una sombra antifaz y deja que el alma entera se te empape en soledad.
Primero pasas un puente que da al Soto del Parral gregoriano y zarzuelero en ensamblable unidad; luego cruzas el Eresma, río fresco espiritual que lavara los pecados de Teresa y de San Juan…, y ya en puertas del prodigio de la enclaustrada ciudad de trajanos y teodosios que la hicieron inmortal, sube por la cuesta arriba de un calvario pedregal que da a la Plaza Mayor con siete aperturas más por las que entra y sale el sol y el viento en vuelos se va.
Tú no te vayas aún, quédatela a contemplar. Atento al Ayuntamiento, atento a la Catedral, atento al Desamparado Antonio Machado en paz, atento al Platero Oquendo y al humilde San Millán.
Ahora compra lo que gustes en esa calle Real en la que grupos turísticos se hacinan en mil blablás y se toman un café o un whisky Dyck cereal que trasiegan por las venas sin hacérselo notar.
Ya llegaste al Acueducto y a tus espaldas se están el gran teatro Cervantes, hoy en día fantasmal, la antigua Alhóndiga pródiga, la vieja Cárcel Real, el Convento Corpus Crhisti con hostias a consagrar y la Biblioteca que se acaba de trasladar, y la Casa de los Picos y el Juan Bravo capitán y San Martín, las Sirenas y el Torreón, toma ya, que los Lozoyas irguieroncomo ejemplo de lealtad a la Isabel la Católica que abrió las puertas del mar…
Te queda aún mucho que ver en una tournée ideal: el Barrio de San Lorenzo, el Barrio la Trinidad, el Barrio del Salvador y el Parador Nacional, la Casa de la Moneda, el Palacio Quintanar, la Fuencisla y el Carmelo vestidos de verde agraz, San Juan de los Caballeros y el Palacio Episcopal.
Anda y date nuevas vueltas por lo que dejaste atrás, y al volver a las andanzas de un viajero sin igual, corre y métete en La Granja o Fábrica de Cristal y llévate de recuerdo cuanto quepa en tu carcaj. Peregrino segoviano, no lo olvidarás jamás.

Apuleyo Soto Pajares.

1 comentario:

Mari Carmen dijo...

Preciosa su tierra, sï señor!
Gracias.