Precioso poema de Cristino Vidal.
La flor que con el viento se deshoja
se muere lentamente de tristeza,
porque ya ni de blanca ni de roja
lucirá, desprovista de belleza.
Al suelo va a parar y se confunde
con tierra que el rosal alimentara
y con ella, de igual a igual, se funde
por ver si nuevamente reencarnara.
Convertida en el humus que alimenta
la planta, va feliz a los capullos
a través de la savia y se hace cuenta
que el color y el olor también son suyos.
La esencia de la vida nunca muere,
que un poder misterioso la transfiere.
Cristino Vidal Benavente
2 comentarios:
Qué precioso poema. Gracias Cristino, es un placer leerte.
Agradezco tu amablke comentario a mi poema, Mari Carmen.
Un abrazo te dejo a cambio.
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