PADRE, MADRE.
Qué no daría yo madre,
por abrazarte de nuevo.
Que no daría yo padre,
si en la noche me desvelo,
me acuerdo de tu sonrisa,
quisiera volar al cielo,
ver a mamá con su prisa
y a ti con esa pachorra
que por nada te alterabas,
en tu sillón con tu gorra
la alegría que encontrabas
cuando iban tus tres chochonas
te contaban aventuras,
ellas un tanto chusconas
gozaban con travesuras
y te partías de risa
con todas nuestras memeces.
Que no daría yo padre,
por darte lo que mereces.
Que no daría yo madre
para devolver con creces
cuanto vosotros nos disteis.
Al Cielo van oraciones,
pues vosotros dos hicisteis,
que perdure en el recuerdo
ese amor que nunca olvidas,
repartido en mutuo acuerdo
a vuestras hijas queridas.
Mari Carmen
No hay comentarios:
Publicar un comentario